Disminuye tu tiempo exposición.
Aumenta tu distancia
de seguridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) clasifican los campos electromagnéticos generados por móviles y wifis en la categoría «2B» –es decir, posibles cancerígenos–, lanzando una «alerta generalizada» a escala internacional. Advierten del «posible» riesgo de cáncer cerebral en quienes usan los teléfonos móviles a diario, ya que generan campos electromagnéticos que tienen efectos cancerígenos.
La Comisión Internacional para la Seguridad Electromagnética (ICEMS) ha manifestado su preocupación por los efectos de la exposición a campos electromagnéticos en la salud. Dicha organización, formada por científicos, médicos e ingenieros de todo el mundo, ha declarado: "Nosotros, que estamos a la vanguardia de esta investigación, deseamos fomentar un enfoque ético en el establecimiento de las normas de exposición que protejan la salud de todos, incluyendo a aquellos que son más vulnerables”. “Las nuevas normas deben tener en cuenta diferentes condiciones fisiológicas, como el embarazo, recién nacidos, niños y ancianos“.
Advertencias de Organismos Internacionales
Contaminación electromagnética: Incremento de las radiofrecuencias
Cobertura móvil 3G de una de las
principales operadoras de nuestro país.
Cobertura wifi doméstico
¿Qué efectos adversos provocan?
Efecto térmico Efecto No Térmico
Sistema Cardiovascular
Sistema Nervioso
Sistema Inmunológico
Sistema Endocrino
Aparato Respiratorio Aparato Reproductor
¿Qué efectos adversos provocan?
NUEVAS ENFERMEDADES
Electrohipersensibilidad
SQM
Fatiga crónica
Fibromialgia
Se estima que entre el 5% y el 10% de la población sufre de síndrome de electro- hiper-sensibilidad o EHS. Este porcentaje de la población con EHS parece estar creciendo y con este ritmo de crecimiento se prevé que alcance el 50% de la población en 2017.
Los niños, más vulnerables
En 2002, la Agencia Nacional de Protección Radiológica del Reino Unido, a través del informe Stewart, manifestaba que los niños, en general, son más sensibles a las radiaciones electromagnéticas procedentes de teléfonos móviles, lo mismo que ocurre con las radiaciones procedentes del WIFI. El hecho de que los valores límite de exposición tomen como referencia la cabeza de un hombre adulto también resulta preocupante.
Los cráneos de los niños son más delgados, y sus cerebros son menos densos y más fluidos que los cerebros adultos. También tienen mayor permisividad y conductividad eléctrica, lo que significa que la cabeza de un niño puede absorber entre el 50 y el 100% más de energía de radiofrecuencia de un adulto.
Estudios realizados en 2008 por Wiart y en 2009 por Kuster, muestran que “una señal dada se absorbe aproximadamente hasta el doble de profundidad en el cerebro de un niño, en contraste con el de un adulto, a pesar de que la absorción sistémica (de todo el cuerpo) puede no diferir sustancialmente”.
Además de absorber proporcionalmente más radiación que los adultos para la misma exposición, los cerebros de los niños son más sensibles a la radiación porque sus cerebros están aún en etapas de desarrollo, encontrando, por ejemplo, una menor integración neuronal y mielinización hasta cerca de los veinte años de edad.
Usar el móvil durante el embarazo puede provocar daños cerebrales en el feto; así lo indica al menos un trabajo reciente realizado con roedores por el doctor Hugh S. Taylor, Jefe de Obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductivas de la Facultad de Medicina de la Yale University (EEUU)
Minimizar los riesgos
RADIOFRECUENCIAS:
Restringir móviles a niños, jóvenes y embarazadas.
Eliminación de wi-fi en lugares sensibles.
No llevar el móvil cerca del cuerpo.
Limitación de uso de teléfonos DECT, aparatos de vigilancia de bebés, etc.
No situar antenas en edificios sensibles.
APLICACIÓN DEL PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN